Día internacional de la Juventud. 2021
El 37,7% de los jóvenes con discapacidad menores de 30 años vivía en 2020 en riesgo de pobreza
Según los datos recogidos en la Encuesta de Condiciones de Vida 2020 del INE, en el caso la juventud sin discapacidad esta tasa es del 30,3%, es decir, siete puntos porcentuales menor.
El 37,7% de los jóvenes con discapacidad de entre 16 y 29 años vivía en 2020 en situación de riesgo de pobreza o exclusión social, siete puntos porcentuales por encima que los jóvenes sin discapacidad y 1,3 puntos por encima del dato 2019, según los datos recogidos en la `Encuesta de Condiciones de Vida´ 2020 del INE, recientemente publicada y que hemos analizado desde Odismet, el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo, de Fundación ONCE (www.odismet.es).
Desde el punto de vista de las características sociodemográficas, el riesgo de pobreza afecta más a los varones que a la mujer siendo un 20,8% para ellos y un 19,2% para ellas. En cuanto a la edad, son los más jóvenes los que muestran mayores tasas de riesgo de pobreza, de hecho, aun estando trabajando, a medida que aumenta la edad el porcentaje disminuye, hasta llegar a los más mayores donde vuelve a subir (circunstancia que se producen en menor medida entre la población general).
En la franja de edad de los 30 a los 44 años esta cifra se eleva al 38,0% mientras que en las personas sin discapacidad de este grupo desciende hasta el 25,60% El porcentaje aumenta significativamente al circunscribirse al corte de edad comprendido entre los 16 y los 64 años (39,5%) fundamentalmente por la baja intensidad laboral del colectivo.
Este indicador expresa, como porcentaje con respecto a la población con discapacidad, la proporción de personas de 0 a 59 años con discapacidad que viven en hogares con baja intensidad laboral, esto es, en los que sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% de su potencial total de trabajo.
De acuerdo con los datos recogidos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), la prevalencia de personas con discapacidad en hogares con baja intensidad laboral es más elevada entre las mujeres que entre los hombres (24,4% frente a 23,6%), así como entre aquellos de 45 a 59 años (27,2%). En el caso de los jóvenes de entre 16 y 29 años esta tasa es del 18,8% y en la persona con discapacidad de entre 30 y 44 años del 20,01%.
JÓVENES CON DISCAPACIDAD
Según el informe ´El empleo de las personas con discapacidad’ del INE, los jóvenes con discapacidad representan el 5,2% del total de la población con discapacidad en edad activa en nuestro país y su tasa de prevalencia se sitúa en el 2,4%.
El tipo de discapacidad, es uno de los elementos más diferenciadores en comparación con el resto del colectivo, si para estos últimos mayoritariamente la discapacidad predominante es de tipo físico, entre los jóvenes más del 64% cuentan con una discapacidad psíquica, especialmente de carácter intelectual (39,2%). El grado de discapacidad con mayor representación es el comprendido entre el 33 y el 44%.
El 32% de los jóvenes con discapacidad no supera los estudios primarios, unas 32.000 personas. Su nivel formativo es inferior comparado con las personas de 16 a 24 años sin discapacidad, ya que mientras entre estos últimos apenas se registra analfabetismo, en el colectivo representan más del 10,7%. Lo mismo ocurre en el extremo opuesto, un 3,8% de jóvenes con discapacidad tienen estudios superiores, siendo el nivel de sus homólogos sin discapacidad del 13,3%.
En cuanto a la relación de los jóvenes con discapacidad y el mercado de trabajo, tal y como recoge Odismet y analiza el `Informe Anual del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad, del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)’, viene marcada fundamentalmente por el alto porcentaje de inactividad detectado entre ellos (un 76,6%). Su tasa de paro es más elevada, muy por encima (24,2 puntos) de la mostrada por los jóvenes sin discapacidad y su tasa de empleo, apenas alcanza el 10%. Además, del total de contratos realizados al conjunto del colectivo en 2020, exclusivamente el 7,2% se cubrió con menores de 25 años.
Las mujeres son las peor paradas en cuanto a datos de contratación ya que la suma de sus empleos representa el 32% del total de contratos a jóvenes, mientras que entre la población general este comportamiento es muy diferente, dado que de los casi tres millones de contratos el 43% recayó en mujeres.
Andalucía, Cataluña y Madrid concentran el mayor volumen de contratos a jóvenes con discapacidad, suman casi el 52% del total. Sin embargo, pocas comunidades superan la media de contratos a jóvenes con discapacidad sobre el empleo del colectivo creado en su zona, destacan en este sentido, Cataluña que dedica un 7,1% de sus contratos a personas con discapacidad a jóvenes y Andalucía el 5,7%.
La pandemia se ha cebado con los jóvenes
La destrucción de empleo entre las personas con discapacidad a partir de la irrupción de la pandemia ha supuesto la pérdida de siete años ininterrumpidos de crecimiento en la contratación, esa quiebra ascendió a la pérdida del 30% de los contratos comparando del año 2020 con el año precedente.
En este contexto son los jóvenes lo que nuevamente salen peor parados sumando una destrucción del 33% de contratos.
En el reciente estudio presentado por Odismet: “Efectos y consecuencias de la crisis de la covid-19 entre las personas con discapacidad” a una muestra de más de 1.600 personas con discapacidad, se detecta claramente indicadores preocupantes en relación a los más jóvenes.
Así, entre ellos, el porcentaje de desempleados antes y después de la pandemia se incrementa en más de 8 puntos porcentuales, para situarse en el 47% de los encuestados menores de 30 años. El 13% los desempleados jóvenes afirman que su situación de paro es consecuencia directa de la COVID-19.
Con este panorama resulta difícil que brille el optimismo, así el 58% de ellos consideran que es poco o nada probable que encuentren empleo en un futuro próximo, cuestión desafortunadamente esperable, teniendo en cuenta que el 57% son parados de larga duración.
La buena noticia es que los jóvenes conscientes de la situación laboral actual apuestan por la formación como pasarela al empleo y hasta un 75% de ellos han realizado algún tipo de formación durante la pandemia.
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